domingo, diciembre 02, 2007

Aunque me juzguen

Siempre entre dos mundos,
tan antagónicos,
tan incompatibles.

Siempre con un dejo de culpabilidad y remoridmiento en los labios,
como si todo aquellos que me entregara alegría
provocara interminable lucha
irremediable confrontación.

Como si las puertas de una casa
fueran capaces de dividir el mundo
como entre dos abismos,
mi vida dentro y mi vida fuera.

Y entre todo me pregunto
en cual de los roles que desempeño,
en esta eterna escena
me encontraré finalmente.

Cual de ellos se covertirá
en mi vida,
y cual de ellos irá desapareciendo
poco a poco, como cualquier recuerdo.

2 comentarios:

Ambulante dijo...

No desaparecen, Compañera.
Esa dicotomía nos va a acompañar siempre... A veces da la impresión de que seremos consumidos por esa vida de afuera, esa de los otros... Pero al final del día siempre será eso, la vida de los demás, una que igualmente es parte de nosotros, pero que es infinitamente ajena en relación a aquella que nos recibe cada noche al bajarnos de la máquina...
Te dejo la promesa de un abrazo...
Hace rato que estamos en deuda.

Anónimo dijo...

Moriré y nunca tendré el regalo de tus labios. siempre cuando te miro observo tus labios y luego tus ojos
por eso no debo verte, ya que me dejaria en evidencia mi deseos por ti.
que lata saber que desearas siempre los labios de hombres equivocados..

amoremio