martes, diciembre 20, 2005

Hoy

Estos dias de infertilidad literaria, como los he denominado, han estado lejos de ser dias planos o intrascendentes, opacos o rutinarios. Por el contrario, han estado cargados de las mas profundas y contradictorias sensaciones que pueden ser experimentadas por el ser humano.
Alegrias desenfrenadas, las mas desoladoras angustias.
Incertidumbres profundas como el oceano.

En el centro de la ciudad late un corazon que desea la muerte.
Tanto dolor mantenido oculto bajo un traje ejecutivo.
Dolor que enciende el motor de un auto del año cada mañana, quetrabaja arduo 45 horas semanales que es madre. Dolor de hijo. Dolor de estudiante que entre libros y teoremas deja escapar una lagrima.
Y que dolor sentira ella?
Dolor que no sana.
Dolor ajeno al tiempo y al espacio, que no se apacigua ni con el mas dulce de los abrazos, dolor sin razon y sin salida.

Asi que me busque un trabajo que no me exigiera pensar. Despues de este ajetreado año universitario y la avalancha que segundo a segundo amenazaba con destuirme, nada me parecio mejor para huir de mis propios demonios. Ha sido una enriquecedora experiencia. Una futura ingeniera tambien puede vender zapatos. Ordenarlos por modelo, color, numero y precio, ofrecerselos a los clientes e ir a buscarlos a la bodega cada vez que la gente quiera probarselos. No sabia, eso si, que podia ser tan agotador.
En todos los sentidos creo que es bueno cerrar los libros de vez en cuando, dejar de pensar de idealismos y poner lo pies sobre la tierra.

El aire saturado de la ciudad es respirado por todos, solo que a veces lo olvido.

1 comentario:

Efe dijo...

El mundo no sólo es vasto sino también infinito, limitado por la necedad natural del hombre o tal vez por su instinto. Así, entre el mundo, sus direcciones, el hombre, la lengua y el instinto, ya no sé a donde dirigir mis pasos... y pensar que las brechas se abren interminables frente a mí. Son las sendas de las miles de interpretaciones marcadas por los millones de interpretadores; la mía parece una más. Quiero decir, me toma demasiado tiempo poner los pies en la tierra, y a veces, cuando eso pasa, las cosas aparecen un poco menos abrumadoras, un poco menos. Es el cambio de aire, ahora estas ahí, es bueno saberlo.