lunes, abril 17, 2006

Mujer que Camina

De pronto recordé porque alguna vez, me gustó mucho Alejandro Filio. Puede ser porque es muy tarde, o muy temprano, y estoy lejos de acabar con los quehaceres que debería haber tenido hechos desde la semana pasada. Que se yo. Puede ser porque el silecio es infinito a esta hora de la noche y sólo resuenan mis dedos sobre el teclado, quizás también el constante cigarrillo en mi boca.
Dejame..cerrar tus ojos, con mi boca....
hasta que se termine la luna de estas horas
sombra con sombra atados y en secreto
que no hay nada que rompa este silencio........
Dejame idealizarte, que me pierda
que no encuentro otra manera de tenerte....
Que va...
Todo menos romanticismo.....
Solo recuerdos de sensaciones mejores que la boca ácida de tanto café.
Ya había olvidado que hay maneras meores de permanecer una noche en vela?
No es la noche ni el café
lo que me obliga a caminar por esta casa
esta maldita incomprensión
que no despega de tu cuerpo la mirada
sigues siendo irremediable... impresindible
para todo lo que estalla
como luna irrepetible
como viento entre las ramas...
Mujer para el sol de mañana
Mujer hasta el borde del alba
Mujer que te pierdo y encuentro
Mujer para afuera
Mujer para adentro
Mujer desafía a los astros
Mujer que camina, sin rastros
Mujer que me abrazas el alma
Mujer que me robas, la calma
Así con la cosa....obviando los últimos dos versos que se ponen extremadamente telenovelezcos, he recordado que me gusta Filio....Pero el Filio de los tiempos buenos, ese que llegaba con su guitarra y sus jeans a Santiago y se daba el tiempo de saludar a quienes íbamos a verlo. Ahora son muchos y parte de esa mágica se ha perdido. Debo decir además que sus últimos discos nisiquiera los he escuchado, suenan todos igual.
Que pena cuando se vende la poesía, ese especial aspecto que tanto me cuesta descubrir en la música y sólo queda un Arjona más.
Muchas veces soñé con ser esa mujer que camina para alguien, alguna vez.... Que recuerdos de tiempos pasados... Cuando las ilusiones eran más fáciles y menos fugaces, cuando pensaba que bastaba un beso para tener el mundo en mi mano.
La tarde la alborada dos palabras unas manos
que se sueltan tu mirada y un adiós
La lluvia mi silencio, tus recuerdos, unos pasos
que se alejan y este amor que terminó
Es todo lo que puedo recordar
de aquella despedida, aquel final
La gente que camina
alguna iglesia y frío a mi alrededor.
Un algo que me dice que esta vez es para siempre
Y esa lluvia que acompaña mi dolor
Tu cuerpo que se esfuma, entre las gotas que revientan
El olor de lo mojado, un vendabal
La hojas que te siguen como pidiendo que vuelvas
pero es claro que esta vez no escucharás...

Bueno, este fue un escrito en dos parte. La pasada en la inspiración de la madrugada y ésta, ya en el apogeo de la mañana. No quice releer mis escritos.Nunca me ha gustado, y menos con aquellos que brotan espontáneos durante ls primeras luces del alba. Son lo más cercano que tengo a mi realidad y la salida de escape que siempre permanece al alcance de mi mano.
A veces temo dejarme llevar por la magia de aquellas horas y no tener ya fuerzas para enfrentar el día, a la luz de la realidad de todos. Pero que más da, esto soy y es todo lo que tengo.
Ahora cumplo exactamente 26 horas despierta. Y ni pizca de sueño, excepto por la clase anterior, pero el profesor da demasiados motivos.
Ahora me toca seguir viviendo este día, sin Filio, sin música, sólo con los atroces ruidos de la calle.
Ahora me toca seguir viviendo, con los ojos cansados y la cabeza gastada.... hasta que llegue la noche y vuelva a ncontrarme con otras canciones, que me revuelvan los recuerdos y me lleven de nuevo a la realidad que perdí.

1 comentario:

Efe dijo...

Recuerdo las largas horas de insomnio, las caminatas nocturnas, el pirmer destello de cada día y las miles de luces que han paseado ante mis hojos. Recuerdo algunas frases de tiempos pasados, y trato de recordar como era yo...
Ahora, con la barba y el cabello largo, el ánimo cansado, la vista al frente, me descubro de pie antes de despertar, escuchando la misma canción que fuera motivo de las primeras depresiones, con los acordes tan lejos, tan irremediablemente lejos, abro la ventana para tratar de escuchar un poco mejor, pero la melodía ya se a marchado, así que me quedo ahí, en el quicio de la ventana, respirando el aire frío de las mañanas de primavera mientras la ciudad despierta un poco más tarde que lo acostumbrado y como de costumbre, estoy ahí, para mirarla, para escucharla, para descubrir que el difícil reflejo que me obsequia la ventana sucia me es un poco ajeno, yo con los rasgos equivocados.
¿conoces el trabajo de Paul T. Anderson? Suya es ua película de nombre "Magnolia". Película acerca de las llamadas casualidades, de eso que a veces pasa, como encontrarse arrastrado por la circunstancia y luchando por no caer más fuerte aún. En alguna parte del filme, los protagonistas, despues de lo más difícil del día, se encuentran -no físicamente- escuchando la misma canción...



No, no es la canción de Filio, eso hubiese sido demasiado, pero este blog me a recordado situaciones como estas, tantas y tan dispersas.
Y es que justo en estos días, trataba -y trato- de recordar cual fue la primera canción me de niño me hizo llorar.